![]() |
Revista
Latina de Comunicación Social 62 enero diciembre
de 2007 |
Edita: LAboratorio de Tecnologías de la Información
y Nuevos Análisis de Comunicación Social |
FORMA
DE CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS: [Revisora I: El artículo es una visión multidisciplinar sobre las implicaciones ocultas en los contenido de las nuevas plataformas tecnológicas con aplicación de postulados semióticos que pueden considerarse válidos para una reflexión con punto de vista personal sobre las implicaciones del acto y el proceso comunicacional. Revisora II: Este trabajo, de corte teórico conceptual, expresa las características generales de la identidad en el espacio virtual, es decir, plantea los procesos de la subjetividad al momento de construir esa identidad impalpable. Así mismo, analiza la estructura construida a partir de aquellos interesados en establecer las llamadas 'comunidades virtuales' y esa aparente identidad que dista mucho en algunos casos de ser congruente con la realidad. Recomiendo ampliamente su publicación. Revisor III: Este artículo analiza desde un punto de vista semiótico las formas de presentación y de creación de identidades que brinda el anonimato del contexto virtual. Los “ritos” lingüísticos de inicio a la interacción social digital y el diseño de avatares, son algunos de los temas sobre los que profundiza el autor o autora. El texto está bien fundamentado y referenciado, la metodología es adecuada y las conclusiones aportan una interesante visión de la realidad del tema analizado.]
Secrets Portraits. Figurations of Identity in the Virtual Space Artículo
recibido el 13 de octubre de 2006 Lic.
Silvia Tabachnik
©
[C.V.] Resumen:
Inéditas experiencias del cuerpo, los lenguajes, el espacio y el
tiempo, conducen a reformular, más allá de la lógica
de la identidad, las preguntas sobre las operaciones que intervienen en
los procesos de constitución y de transformación de la subjetividad
en el nuevo dominio de lo virtual. En tanto garantiza ciertas condiciones
de anonimato, el régimen virtual favorece la suspensión
de la identidad establecida para la "vida civil" y propicia
diversos procesos semióticos de refiguración identitaria,
Keywords: virtual; self-portrait; semiotics; rhetorical figures; anamorfosis. Sumario: 1. Subjetividad e identidad en el dominio virtual. 2. La presentación de sí en las comunidades virtuales. 3. Catálogo de avatares. 4. Anonimato, sustracción y anamorfosis. 5. Bibliografía citada Summary:
1. Subjectivity and Identity in the Virtual Domain. 2. Presenting
Oneself in the Virtual Communities. 3. Catalogue of Phases. 4. Anonymity,
Subtraction and Anamorphosis. 5. Works Cited "Miénteme mucho. Después de todo, estamos aquí
para desconocernos." 1.
Subjetividad e identidad en el dominio virtual La problemática del sujeto y de la identidad, de por sí compleja y controvertida, parece haber cobrado otras significaciones e inflexiones y un relieve particular en la investigación sobre las nuevas formas de intercambio simbólico que se están gestando en el dominio virtual. Constituye en efecto, uno de los capítulos cruciales en buena parte de los estudios sobre el impacto social y cultural de las nuevas tecnologías de comunicación, tanto desde una perspectiva etnográfica o sociológica como en enfoques de impronta filosófica. La actualidad de esta reflexión teórica se debe tal vez, entre otros factores, a los nuevos interrogantes y dilemas suscitados por la dislocación de la espacio-temporalidad y la consiguiente condición casi espectral de los sujetos en el régimen virtual de la tele-presencia. Como señala Philippe Quéau (1995: 97): Ya no es fácil estar presente. Y hacerse cada vez más presente parece imposible. Hay un límite fundamental, en cierto modo análogo al principio de incertidumbre. En cambio, parece más fácil hacerse cada vez menos presente. La evolución de la civilización contemporánea incita cada vez más a repartirse, a diseminarse, a delegarse, a hacerse representar (...)¿En qué se convierte la noción misma de presencia en un mundo sobrecogido por la síntesis y lo virtual? Inéditas
experiencias del cuerpo, de los lenguajes, del espacio y del tiempo, conducen
a reformular, en este nuevo escenario, las preguntas sobre las diferentes
lógicas que intervienen en los procesos de constitución
y de transformación de una subjetividad que tal vez hoy más
que nunca exige ser pensada por fuera o más allá de
las lógicas de la identidad y de la representación. Entre otros factores, es tal vez la inquietud que suscita el predominio en el espacio virtual de un régimen relativamente generalizado de anonimato, tanto por las limitaciones que impone como por las experiencias que favorece, lo que conduce a reexaminar críticamente, a la luz de estos nuevos procesos de mediación tecnológica, las nociones cardinales de identidad y subjetividad en sus vertientes lógica, ontológica, filosófica, antropológica. La idea misma de sujeto y su respectiva constelación conceptual requiere ser revisada y reformulada para dar cuenta de las nuevas experiencias de construcción / deconstrucción de identidades en el dominio de lo virtual. Algunas teorías actuales sobre lo virtual, en continuidad con ciertas tesis de Bergson retomadas por Deleuze (1988, 1994), conciben el proceso mismo de virtualización como una problematización que pone en entredicho la noción clásica de identidad, basada en definiciones y exclusiones. En esta línea de pensamiento y rechazando la identificación de lo virtual con lo falso o lo ilusorio, Pierre Levy (1999:14), por ejemplo, define la virtualización como el movimiento de convertirse en otro o heterogénesis de lo humano . Similar en algunos aspectos al devenir-otro deleuziano, la heterogénesis consiste básicamente para este autor en un proceso de recepción de la alteridad.[1] Así, la teoría de lo virtual se compone con una noción de subjetividad que incluye la alteridad en su propia definición y privilegia la diferencia en lugar de la mismidad, el fragmento en lugar de la totalidad, la multiplicidad en lugar de la unicidad, el devenir y la duración en lugar de la invariabilidad. 2. La presentación de sí en las comunidades virtuales En tanto garantiza ciertas condiciones de (relativo) anonimato el régimen virtual favorece la suspensión provisoria de las identidades establecidas para la vida civil al tiempo que propicia experiencias por lo general de carácter lúdico - de mutación identitaria. Estas experiencias donde la identidad de los sujetos resulta objetivada en un primer movimiento autoreflexivo y luego - literalmente - puesta en juego pueden ser indagadas y analizadas en las diversas formas de interacción que se desarrollan en el seno de las comunidades virtuales. [2] En este trabajo propongo algunas líneas de análisis sobre ciertos procedimientos que a modo de pequeños rituales de presentación de sí regulan el ingreso de los sujetos en estas nuevas sociedades de conversación. Se trata de unos requisitos formales que se traducen en un trabajo de composición en varios registros semióticos de una o más figuras de sí que el sujeto propone a la comunidad virtual para ser admitido, reconocido y poder así participar bajo seudónimo en el juego conversacional. Esta labor queda plasmada en un hipertexto que se identifica bajo el rubro de perfil u otros similares. A diferencia de las estrategias de presentación de sí analizadas por Goffman ( 1972, 1979) particularmente por lo que se refiere a los conceptos de cara y trabajo de la cara), en estos procedimientos los sujetos no apuestan o no imaginan apostar su destino y proyecto en el escenario antagónico de la vida social ( particularmente laboral o profesional) y en consecuencia no buscan satisfacer determinadas expectativas del entorno en que desean ser reconocidos y valorados. [3] Lo que se apuesta en cambio en este nuevas formas de interacción simbólica corresponde al orden del imaginario y trabaja con su materia prima: las fantasías, las fabulaciones, los sueños, los fantasmas individuales y colectivos. En esta escena otra de la vida virtual, el juego consiste en la elaboración y montaje de figuraciones de sí con fragmentos extraídos de diferentes acervos culturales en un ejercicio de imaginación donde predomina el componente lúdico-ficcional. [4] Productos de esta operación semiótica, los hipertextos de presentación de sí inscritos bajo el rubro predeterminado de perfil (u otros similares), son incluidos y conservados en el archivo virtual de las comunidades, permiten a menudo el acceso directo (mediante un hipervínculo) a los mensajes enviados por el sujeto en cuestión y pueden ser consultados por los paseantes de la red para acceder a un conocimiento inicial de los miembros que las componen y, eventualmente, establecer un diálogo privado con alguno en particular. Diseñado a modo de un formulario que debe ser completado por el usuario, el perfil [5] determina el formato hipertextual , distribuyendo los rasgos de identidad figurada según un conjunto mínimo de rubros encabezado por el seudónimo, primer elemento de invención que a menudo funciona como disparador del acto auto-ficcional. El producto de esta operación de escritura es una auto-descripción condensada, compuesta por un conjunto escueto de biografemas . [6] Se configura así un instrumento económico de pistas e indicios que permiten recomponer una especie de autorretrato escrito de cada uno de los integrantes de la comunidad virtual. Así por ejemplo el formato de perfil de Planeta Foros incluye, además de la imagen bajo el título de Avatar ( concepto en el cual nos detendremos más adelante), un seudónimo escogido por el participante, la fecha de registro en la comunidad virtual, la cantidad de mensajes enviados por el usuario, un hipervínculo para acceder a dichos mensajes; ubicación geográfica y ubicación virtual (sitio web), ocupación e intereses. La información sobre ubicación, ocupación, intereses no es obligatoria y resulta llamativo el hecho de que sólo un porcentaje visiblemente mínimo de participantes responde a ese formulario con datos cuya autenticidad, si bien en última instancia es siempre indeterminable, cuando menos parecen obedecer a una estrategia de verosimilitud y a una lógica de congruencia: así, el seudónimo escogido pertenece al universo de los apelativos comunes, la fotografía que se anexa corresponde al género, edad y rasgos generales consignados en la ficha de registro, etc. A veces, sin embargo, en este tipo de auto-descripción orientada a producir efecto de real se produce una discrepancia que fisura la verosimilitud del texto identificatorio, alguna incongruencia, a veces casi imperceptible, entre los datos consignados (entre el género y el seudónimo, entre la edad y los intereses, la ocupación y la edad, etc. ) que produce conjunciones estrafalarias y afecta en su totalidad la verosimilitud textual. Esta intromisión del disparate en el rígido formato de una ficha de identificación denuncia no sin cierta ironía crítica las connotaciones casi prontuariales y, en última instancia, los efectos de sujeción implicados en los procedimientos formales de identificación. La consignación obediente y puntual de los datos solicitados, como señalaba, se da en muy pocos casos, en cambio, la abstención y la opción por el anonimato y la seudonimia parecen ser la regla general. Esto puede relacionarse con la fuerza perlocutiva de un texto que puede ser interpretado como consigna y en tal caso obedecido (respondiendo así a la demanda de identificación) o incumplido, sustrayéndose a esa demanda de diversas maneras y en diverso grado, desde la completa abstención (equivalente al espacio en blanco) hasta la negación explícita (incluso airada) de respuesta. Aquí nos limitamos a citar algunas de las estrategias elusivas que se han podido identificar en diversas incursiones en las comunidades virtuales: [7] a.- Ilegibilidad completa, con combinación azarosa de grafemas
ksjfugt
c.- Operaciones
de ficcionalización y/o metaforización fantasiosa
4. Humor, disparate
d.- Auto- parodización
e.- Modalidades de autodenigración /autodevaluación
f.- Interpelación airada con rasgos injuriosos o insultantes
Otros formatos de perfil como el de MSN Groups incluye también información sobre la edad, estado civil, el papel que despeña el sujeto en el grupo (miembro activo / participante/administrador), un hipervínculo para acceder a la lista completa de los participantes, otro para acceder a la pagina web personal y, además, un conjunto de biografemas Algunos datos sobre mí, Preferencias, Aficiones e intereses, Cita favorita que configurarían una suerte de autorretrato espiritual y a veces moral del sujeto en cuestión [8]:
Algunos
datos sobre mí
Algunos
datos sobre mí
El producto semiótico de esta composición hipertextual constituye lo que entre los habitantes de la red se conoce como Avatar, [10] palabra del sánscrito que significa encarnación terrestre de alguna deidad: de ahí, por analogía, en la cultura informática se designa con ese término a la encarnación de una persona (o de un colectivo) en uno o varios personajes que hablan y actúan en su lugar en el universo virtual. En su expresión mínima un avatar puede consistir solamente en un seudónimo y un personaje construido a su alrededor, pero también puede ser objeto de un ejercicio de elaboración literaria. A veces, y en comunidades virtuales no consagradas a la escritura literaria, como ya se señaló, el seudónimo opera como una suerte de embrión para el desarrollo de una escritura auto-ficcional o incluso asigna al avatar un lenguaje, una retórica, un tono y un acento, un particular estilo de decir. [11] 3. Catálogo de avatares Por lo general, el texto de presentación suele completarse ( o complicarse) con la inclusión de una imagen visual tal como se requiere en los documentos oficiales de identificación, pero con la crucial diferencia de que en este caso el espacio destinado a la imagen de sí en lugar de ser el adusto registro frontal de un rostro fichado se convierte en un reactivador de la imaginación, abriendo el juego para la fantasía, el humor, el acertijo, las ficciones... Esa
imagen, producto de una labor semiótica particular, es la que originalmente
se designó con el término avatar en su acepción
restringida. [12] Cada cual puede escoger su insignia
en los copiosos y heterogéneo catálogos que ofrece la red
a partir de los avatares enviados por los propios usuarios. El catálogo
de MSN ( I M Á G E N E S - M S N - M E S S E N G E R - 6
7) [13] por ejemplo, a modo de la disparatada enciclopedia
china imaginada por Borges, incluye entre sus rubros : insectos, actores
y actrices, animales, amigos personales, comidas y bebidas, banderas,
animales de agua, amor, arte, astrología, caricaturas, dibujos
animados, terror... El
avatar es producto de este tipo de interacción; el
usuario lo fabrica a partir de una imagen base mediante una serie de operaciones
técnicas y semióticas de trucaje: fragmentación,
extracción de partes, aumento o disminución, borramiento,
redefinición de contornos, retoque, tratamiento por capas, aplicación
y modificación de fondos, etc. [15] En este
procesamiento de la imagen pueden intervenir diferentes soportes (gráficos,
pictóricos, fotográficos, digitales, etc.) y - como ya se
observó- una vasta diversidad de universos culturales (las mitologías
clásicas, el imaginario gótico, el comic, el punk, la cultura
del rock, el dark, el rap, el efecto alucinógeno, los tatuajes,
los manga, las obras pictóricas, el erotismo y la pornografía,
el cine, la tarjeta postal, la ciencia-ficción, el dibujo infantil,
las imágenes digitalizadas de los video-juegos, el graffiti, la
caricatura política, etc.) Los criterios que predominan en la selección de rasgos descriptivos tanto en el orden verbal como en el de las imágenes, no parecen obedecer a una finalidad informativa de intención identificatoria sino, por el contrario, a esa particular lógica del juego, del acertijo, del rebus que ya mencionáramos y que propendería más bien al desdibujamiento aunque no a la cancelación total de esos rasgos en un proceso semiótico de cifrado, o bien de desfiguración y refiguración. Enigmáticos en su aparente simplicidad, los avatares parecen destinados más empañar el reconocimiento que a propiciarlo 4. Anonimato, sustracción y anamorfosis Las
descripciones que anteceden dan fundamento a nuestra hipótesis
sobre la productividad semiótica del anonimato en las nuevas condiciones
de interacción virtual. El anonimato constituye un principio de
engendramiento de formas a nivel de las materias significantes: produce
variantes textuales, estilos y modalidades enunciativas, géneros
de escritura dialógica, diversos modos de figuración (desfiguración,
transfiguración) verbal e icónica. Lejos de consistir en
una sustitución de por sí nunca trivial del
nombre propio y consiguiente auto-asignación de seudónimos,
el anonimato conlleva un complejo y delicado trabajo con el lenguaje,
con la propia subjetividad, con la Inter-subjetividad y con las identidades
individuales y colectivas. Un trabajo de figuración que conjuga
de diversas maneras lo visible y lo enunciable, o más precisamente,
dispone grados y zonas de transparencia y de opacidad tanto en el orden
de la imagen como en el de la escritura. Juego ficcional de exhibición
y ocultamiento, del rostro, del cuerpo y del nombre donde sin embargo
como en los sueños siempre se deja entrever algo
como rastro, indicio o vestigio de la identidad de un sujeto. Por lo que concierne específicamente a las imágenes visuales incluidas en los textos de auto- presentación, la operación más inmediata y visible consiste en la intervención de procesos de orden metafórico y metonímico que implican la completa cancelación de la imagen facial o corporal y la sustitución según principios de analogía o de contigüidad por otras imágenes de diverso origen y tipo. Sin embargo, en razón de los procedimientos técnicos que intervienen a menudo en la elaboración del avatar consistentes en la yuxtaposición de capas icónicas en ciertos casos la imagen deja ver el trabajo mismo, inacabado, de desplazamiento / condensación, (Metz, 1979) [16] produciendo figuraciones de impronta onírica.
Es evidente la compatibilidad del anonimato con los procedimientos de figuración por supresión y reticencia. Se trata de formas de tratamiento de las imágenes que si bien por un lado dificultan su plena legibilidad, tornando casi irreconocible un rostro, un cuerpo, una silueta, por el otro ponen en juego la ductilidad y la plasticidad de las imágenes digitales configurando en su conjunto una retórica y una estética del cifrado y la desfiguración. En su reverso estas operaciones constituyen ejercicios al límite de la representación, figuraciones paradójicas de la ausencia y del silencio. Las operaciones básicas de supresión son las que describen las retóricas visuales, en particular la elipsis en diferentes modalidades: espacios vacíos en blanco o en negro, figuras de espaldas, tomadas desde una proximidad o una distancia excesivas, siluetas a contraluz o difuminadas por efectos de iluminación, etc. También es frecuente el recurso a otra figura clásica por supresión: la sinécdoque, figuración del todo por la parte. Así , un ojo, una boca, una mano, un pie, unos zapatos, un sombrero , como fragmentos que remiten a una totalidad ausente:
La proximidad con la labor del sueño y de la fantasía se hace evidente también en los artificios de enmascaramiento (rostros velados, encubiertos, disimulados mediante el antifaz o intervenciones gráficas sobre la superficie facial, etc.)
Conjunto de figuraciones, desfiguraciones y transfiguraciones de la imagen corporal y particularmente facial que podrían agruparse ampliando y alterando considerablemente el sentido técnico del término bajo el género de la anamorfosis, para nombrar y aislar una retórica ambigua de la distorsión, el velamiento, la disimulación. La anamorfosis, como se sabe, es un procedimiento óptico o geométrico empleado en el arte pictórico desde el temprano Renacimiento que transforma la visión de un objeto y lo torna irreconocible a menos que se recurra a algún artefacto (por lo general un espejo) que restituya la perspectiva habitual o bien que el observador cambie de posición con relación al cuadro. Juego casi mágico con la perspectiva, la anamorfosis produce una ilusión óptica que sólo puede rectificarse por una suerte de mirada oblicua. Tanto Barthes (1975) como Lyotard (1979) han señalado el efecto corrosivo de la anamorfosis con relación al modelo clásico de la representación. Barthes la define, precisamente por contraste con la copia especular como un procedimiento reglado de transformación o deformación que en la experiencia artística tanto literaria como pictórica permitiría escapar al demonio de la analogía con su consiguiente efecto de natural (1975: 56 ) Lyotard, por su parte, analizando los retratos clandestinos de Carlos I,que circularon en Londres después de la decapitación del rey, observa que cuando miramos de frente el cuadro, nuestro deseo de instalarnos en la escena nos lleva a ignorar la pantalla puesto que lo cruzamos como si fuera un cristal permeable... pero si miramos la obra lateralmente, devolvemos al soporte su consistencia de soporte material, (...) la tela pintada ya no se desvanece en la representación, será la representación la que estalle y se resuelva en trazados enigmáticos, insensatos, rayando la tela (1979: 371) La
transformación que opera en la anamorfosis, pone en entredicho
la identidad de objetos y sujetos, en última instancia al
igual que los simulacros en la interpretación de Deleuze
impugna la postulación misma de un original, como forma primigenia
y fundamento de la representación. La anamorfosis además constituye un procedimiento doble, o más precisamente, ambivalente porque se formula en la tensión entre decir y omitir, dejar ver y encubrir. Así, el rostro transfigurado no resultaría sin embargo totalmente irreconocible: desde el ángulo adecuado se ofrece a una visibilidad fugaz. La fórmula precisa e inquietante de Los retratos secretos (tomada del título de un cuadro de Edward Schon [19] compuesto en anamorfosis) podría resultar particularmente fecunda, para intentar aprehender algunos aspectos de las complejas e inéditas relaciones entre lenguaje y subjetividad que se están gestando en esa otra escena del espacio virtual.
Barthes, Roland, 1997: Sade, Fourier, Loyola. Madrid: Cátedra. --, (1975): Roland Barthes por Roland Barthes. Monte Ávila: Caracas. Couchot , Edmond, 1984, Image puissance image . Texto originalmente publicado en la Revue d'Esthétique, 7, juin 1984, pp. 123-133. Versión digital disponible en http://www.olats.org/livresetudes/livresetudes.shtml Deleuze, Gilles,1988: Diferencia y repetición. Júcar Universidad: España -- , 1994: Lógica del sentido, Paidós, Buenos Aires. Duvignaud, Jean,1980: El juego del juego, Fondo de Cultura Económica, 2ª ed: Bogota. Goffman, Erving,1972: La presentación de la persona en la vida cotidiana, Amorrortu: Buenos Aires. --, 1979: Relaciones en público, Alianza Editorial: Madrid. Groupe 1992: Traité du signe visuel / Pour une rhétorique de limage, Seuil: Paris. Levy, Pierre, 1999: ¿Qué es lo virtual?, Paidós: Barcelona. Lyotard, Jean-Francois, 1979: Discurso, figura, Ed.Gustavo Gili: Barcelona. Rheingold, Howard, 2004: Multitudes inteligentes / La próxima revolución social. Gedisa: Barcelona. Queau,
Philippe,1995: Lo virtual. Virtudes y vértigos, Paidós:
Barcelona. [7] Nota bene: Los textos ilustrativos se transcriben de manera literal , sin alteraciones, puesto que la trasgresión a veces deliberada -de las reglas sintácticas, morfológicas, ortográficas , de puntuación, etc . es un aspecto fundamental de las nuevas formas de escritura que se están experimentando en el espacio virtual.
[15]
El detalle técnico de las operaciones implicadas en la composición
de un avatar puede consultarse en |
|